E l fenómeno mundial e inesperado de la cuarentena obligada por el riesgo del coronavirus, despertó en todo el mundo la pasión por cocinar.
En particular, en gran parte de Latinoamérica, uno de los desafíos más desarrollados fue la confección de pan casero.
La pasión e interés por la panificación hogareña fue tal, que las búsquedas en internet o los hashtag en redes sociales más populares fueron palabras o frases como “masa madre”, “receta de pan” o “pan casero”.
El desafío era lograr elaborar el pan desde casa, buscar cómo hacerlo y luego mostrar los resultados.
Por otra parte, estas tendencias no fueron solo virtuales. Comenzó a notarse un consumo extraordinario de harina común, harina leudante y levadura, señal clara de que cocinar es una pasión o no es nada.
Por eso, si estás con ganas de saber a qué sabe tu propio pan, te acercamos consejos básicos para que tu panificado sea la envidia de todos.
Debes prestar especial atención
- Harina: a la hora de comprar, y si el bolsillo lo permite, compra harina de buena calidad ya que su incidencia es vital en nuestro pan. No solo importa la calidad, sino también cómo conservarla en tu casa ya que debemos preservarla de la luz, de la humedad y de la invasión de olores. Podemos comenzar con una harina de trigo 000 que es la indicada para el pan.
- Amasado: el amasado es el proceso de integración de todos los ingredientes y al mismo tiempo, le da a nuestra masa textura y consistencia. En resumidos pasos, primero mezclamos los ingredientes secos (harina, levadura, sal o azúcar) y luego los húmedos (agua, leche, huevos, masa madre). Mezclamos un poco y dejamos descansar unos minutos, tapado con un repasador. Luego sobre nuestra mesada limpia y seca, amasamos uniendo pliegues sobre pliegues. Cuando la masa esté elástica, lisa y al estirarla no se agriete ni rompa, ya está lista.
- Fermentación: lo ideal es que el pan fermente 2 o 3 veces. El primer fermentado puede durar entre 15 minutos y varias horas, según el tipo de pan. La segunda fermentación será una vez que el pan ya tenga su forma. Y la tercera, cuando la masa se hincha por el gas carbónico que forma. La señal para saber si fermentó lo suficientes es cuando vemos que la masa original duplicó su tamaño.
- Masa madre: cuando antes no existía la levadura industrial como ahora que la compramos en el mercado, se usaba un poco de la masa cruda guardada de la preparación anterior, llamada “masa madre”. Ahora está de moda, pero se usa básicamente si no queremos utilizar levadura. Se prepara mezclando las mismas cantidades de harina y agua y dejándolas reposar en un lugar cálido. Luego, cada día vamos añadiendo un poco más de cada ingrediente y, después de 5 días, fermenta y está lista para convertirse tu pan.
- Horneado: el mejor secreto para un buen horneado y un resultado crocante y esponjoso a la vez, es introducir la masa en el horno con un vaso o taza con agua que sean aptos para dicha temperatura. Este truco le brindará la humedad que requiere el horneado. Previamente calentar el horno a la temperatura máxima. Y no olvides hacerle los cortes por arriba antes de meterlo en el horno para que se liberen los gases carbónicos y para que luzca más profesional.
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Una de las tantas recetas de pan casero
Es cierto que lleva su cuota de tiempo y de paciencia, pero los que saben dicen que confeccionar tu propio pan es de las tareas más satisfactorias de la cocina.
En este informe les acercamos algunos secretos y una de las tantas recetas de pan casero, incluso con algunos consejos sobre el amasado, fermentación, reposo y posterior horneado.
Ingredientes
- 750 gramos de harina 000
- 450 mililitros de agua
- 15 gramos de levadura
- 7 gramos de sal
Preparación
Mezcla y primer amasado
En un bol de buena capacidad, colocamos la harina formando una especie de volcán y abrimos un hueco en el centro para ir agregando el agua y la levadura, mientras en el exterior añadimos la sal evitando que entre en contacto con la levadura. Luego mezclamos hasta obtener una masa. Si nos quedó ligera añadimos harina. Si quedó espesa, agua.
Espolvoreamos en nuestra mesa harina y volcamos la masa. Amasamos doblando la masa sobre sí una y otra vez, extendiendo, doblando y retorciendo con un movimiento rítmico y regular, durante 15 minutos aproximadamente.
Luego formamos una bola y dejamos que repose hasta que doble su volumen.
Segundo amasado
Sacamos la masa del bol donde reposaba y volvemos a la mesada enharinada. Apretamos para eliminar el gas del interior y amasamos estirando la masa como para hacer una pizza. Luego vamos doblando los bordes hacia el centro y presionamos, hasta volver a obtener una bola. Estará lista cuando presionemos la masa con el dedo y recupere su forma rápidamente.
Todos los pliegues de la masa deberán quedar en la parte de abajo. Colocamos nuestra bola de masa cubierta con un paño en un recipiente y comienza la segunda fermentación. Luego volvemos a la mesada y amasamos otra vez.
La idea es doblar el volumen
El último paso es dejar la masa de nuevo tapada, dándole tiempo a que vuelva a doblar su volumen. Serán necesarios unos 40 minutos aproximadamente.
Tiempo de hornear
Precalentamos el horno a 230ºC en función vapor. Si tu horno no tiene esa función, coloca una bandeja con agua o algún vaso o tasa para temperatura como te sugerimos en el comienzo del informe, para lograr una atmosfera húmeda ideal para hornear el pan.
Colocamos nuestras piezas, le espolvoreamos harina y hacemos cortes para formar las deseadas cortezas. Horno y cocción por 20 minutos para luego bajar la temperatura a 200ºC y hornear otros 30 minutos. Nuestro pan estará listo cuando demos un golpe en la corteza y suene como hueco.
Es muy importante esperar que se enfríe
Es un placer comer el pan caliente. Sin embargo el pan debe enfriarse lentamente ya que aún fuera del horno, sigue cociéndose en su interior y formando una miga bien aireada.
Ahora sí, cuando el pan esté listo, será ideal para acompañar todas nuestras mejores recetas.
¡Rico y rápido!